Sean bienvenidos a este espacio, donde compartiré con todos ustedes, paso a paso la compleja experiencia del embarazo. Apenas estoy comenzando a recorrer este exótico camino lleno de autodescubrimiento, por tal razón decidí crear este blog que sirva como ventana para exponer nuestras dudas, miedos, rarezas, felicidades y todo aquello que las hormonas dicten :) Haré una entrega de manera semanal para monitorear el avance y no perder detalle de sus peculiaridades.
No importa si eres novata (yo lo soy) o si tienes mucha experiencia que compartir, tu retroalimentación nos sirve a todas. He aquí el capítulo 1 de esta maravillosa historia.
¡Caminemos juntos! ¡Bienvenidos!
La primera vez que te
enfrentas a la real posibilidad… ¡Ser mamá!
No se si les pase a ustedes lo que me pasa a mí, pero yo
siempre soñé con la posibilidad de ser madre, ya saben, tener una familia, ser
un día “la señora” seria y respetable con su chongo de gajos que asiste al
festival de sus hijos. No era mi máxima en la vida, pero confieso, que a veces,
fantaseaba con esa posibilidad.
Yo soy una mujer inquieta y jóven (ejem cof… 32), dedicada al
arte, a la creación a disfrutar la vida, un tanto hedonista y libre, es por eso
no adolecí nunca de esa parte, y la idea de formar una familia se quedó sólo como un experimento
más a probar, como ese momento de madurez que sabía, algún día terminaría por
alcanzarme. Después de vivir plenamente mi carrera, conocer gente de diferentes
partes del mundo, viajar y viajar y viajar… me casé, y entonces la posibilidad
de la maternidad tocó mi mente nuevamente.
Pensaba, que estaría padre vivir esa experiencia que todos
describen como maravillosa, pensé que estaba lista y era el momento adecuado,
pensé que podía con ello.
El día que todo comenzó.
Muy tempranamente, (uno o dos días de retraso) me dí cuenta de
que algo extraño estaba sucediendo conmigo, es como sin saberlo ya lo supiera,
como si de pronto me sintiera acompañada, así, de la nada. Recuerdo comencé a
sospechar que algo andaba raro desde el primer día, sin embargo decidí esperar,
pues nunca antes me había hecho una prueba de embarazo y estaba llena de temores e incertidumbre. Comencé a leer sobre
que se hacía en esos casos y cuanto tiempo debía esperar para tener un
resultado confiable en la prueba, pero no le dije nada a mi esposo. Llevaba una semana de
retraso, y la posibilidad sonaba en mi cabeza cada vez más fuerte, sin embargo
debía esperar 15 días para hacerme la prueba de sangre, (no quise hacer la de farmacia y me fui directo a lo seguro) aún faltaban unos días
para tener la certeza, hasta que una tarde, viendo la televisión junto a mi
esposo, de la nada, sin ningún estímulo externo, me miró y me dijo : ¡Estás
embarazada!
Esas palabras me dejaron helada, recuerdo que sentí un
escalofrío por todo el cuerpo y le pregunté porqué lo decía, a lo que él
respondió, “No sé, lo sentí”.
¡¿Que, qué?! ¡¿Como que lo sintió?!... Tal vez es sugestión, tal vez
fue sólo una casualidad, pero ese día, aún sin tener la prueba médica en mis
manos, supe que era verdad, yo estaba embarazada, y aún sin cuerpo físico, ese
pequeño ser se había conectado con su papá, y sí, no sólo mi cuerpo, también mi mente ya estaba comenzando a cambiar.
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